ESA NIÑA

ESA NIÑA  

Yo era todo miedos, era traumas, era decepciones, era desespero, mi cuerpo y mente en un constante ir y venir en el plano terrenal.

Yo, yo que era sueños y esperanzas, yo que quería salir del hoyo, yo que buscaba una salida, que estaba ansiosa por vivir y conocer, pero no podía por mi miedo, miedo a salir lastimada, a fallar, a ser rechazada, miedo al fracaso.

Pero, ¿y si lo intentaba? ¿y si daba todo de mi e iba por lo que quería? ¿y si podía salir y vivir, salir y ser yo sin miedo, valiente, fuerte, imparable? Miles de “y si…" miles de preguntas fundadas en miedos y en cosas que pensaba que podrían suceder, miles de escenarios que solo estaba en mi mente y no salían de ahí, miles de cosas que mi mente, mi cuerpo, mi alma guardaban, mies de historias por contar y por vivir, ahí estaban, frente a mí y yo que me sentía tan pequeña, tal débil, tan poco para sobrevivir al mundo, mis dudas que no me dejaban mirar al frente, ver los peligros y aun así caminar, paso a paso, lento, controlado, tropezar, caer y levantarme, avanzar, no retroceder, no ceder, seguir, solo un paso era necesario para comenzar todo, para vivir, para experimentar.

La niña pequeña detrás de un mueble viejo, escondida, con las piernas recogidas y la cabeza en medio de ellas, el pelo rizado y largo, esta descalza, su ropa es un pijama, lleva unas pantuflas de dragón, tierna, débil, frágil, así se ve, tan sensible que cualquier viento puede llevársela, cualquier fuerza romperla, cualquier palabra hacerla llorar, ella levanta la cabeza y miras esos ojos, profundos, oscuros, con brillo, con fuerza, con determinación, y te das cuenta de que parece débil, pero es fuerte, que los vientos le temen, las palabras la hacen más fuerte, ella es la tormenta, tan inmensa, tan potente, tan salvaje, imparable, incontenible, tiene oscuridad y posee luz, hay una lucha constante en esa mirada, en el deber y en el querer.

Ese miedo a vivir, a ser lastimada, pero ese querer, necesitar respirar un poco más, tener una bocada más de aire que llene sus pulmones, solo un poco, solo lo necesario, una respiración lenta se vuelve pesada, en un segundo lo que la rodea es oscuridad, solo penumbras, nada más, ella se siente perdida, no ve por donde va, teme a su destino llegar, el no saber qué va a encontrar, aparece una luz, es otra niña, es igual a ella, idéntica, pero esta vestida con ropa normal, una sonrisa adorna su rostro, transmite paz, una calma que le quita el miedo, le ofrece su mano, ella confiada la toma pues sabe que ella es su amiga, tiene miedo pero ya no tanto, ya no la frena, la sigue. 

El cuarto comienza a iluminarse, hay oscuridad pero no tanta, pronto llegar a la luz, tan brillante que la ciega por un instante, frente a ella un jardín lleno de flores, de todos los colores, colores que incluso ella no sabía que existieran, sonríe, sonríe de verdad por primera vez, sin miedo, sin temor al mañana, a lo que pueda suceder, a lo que pueden hacerle, porque sabe que ella podrá superarlo, porque sabe que es fuerte, sabe que si la empujan un paso, ella caminara cinco más, jamás se dará por vencida, jamás la van a volver a pisotear, firme, feliz.

Ella encantada, regreso a ver atrás, había una cascada como espejo brillante, recién pulido, miro su reflejo, ya no era aquella niña de pelo revuelto y ropa cómoda, ahora era esa niña que la guio, brillaba con su vestido azul como el cielo y los ojos llenos de pasión y vida, sonrió.

By G. Zamora

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